Profesor de universidad

Dicen que los profesores tenemos mucho tiempo libre, pero si lo tienes, acabas buscándo otras cosas que hacer y te complicas la vida.

A principios de curso me inscribí en una bolsa de profesores asociados para el Departamento de Comunicaciones de la UPV. Los profesores asociados, en España, son personas que trabajan fuera de la Universidad, pero imparten algunas horas de clase. Sirven para rellenar huecos (horas sueltas de alguna asignatura que no dan para tener un profesor entero contratado), o para suplir bajas.

Como llevo pocos años trabajando, era de los que menos puntos iba a tener, así que me apunté a varias bolsas, tanto para Valencia como para la sede de la UPV de Gandía. En realidad cuando abrieron las bolsas ya buscaban a alguien para dar clase allí, ya que una profesora estaba embarazada. Después de las puntuaciones de méritos y la entrevista, quedé el 2º de la bolsa de Gandía (porque no la coge casi nadie; en Valencia estaba séptimo), y como la primera no podía (o quería) ir a Gandía, me llamaron a mí.

Así que de repente me encontré con que tenía que dar las prácticas de Teoría de la Señal para los técnicos de Teleco. En realidad la profesora de baja no daba esas prácticas, pero tuvieron que reorganizar horarios porque yo sólo podía ir por las tardes. Así que he tenido que desenpolvar mis apuntes de Teoría de la Comunicación, porque estas cosas con el tiempo se olvidan.

Hace dos semanas tuve la primera sesión. 5 grupos de 2 horas y media, de martes a viernes. Se hace pesado, sobre todo el tener que ir a Gandía, pero por suerte sólo son 4 sesiones (4 semanas). Esta semana la segunda. Además, tengo que corregir los test que hacen al final de la práctica, para ver si se han enterado de algo (algunos demuestran que no mucho).

La experiencia está siendo buena. Hay diferencias entre universidad e instituto. Más que nada el interés que ponen los alumnos, pero no mucho más. Ya sólo me queda probar ciclos formativos. Así habré dado un poco de todo.