El final de la tutoría

Hoy ha sido la entrega de notas de septiembre. Con esto acaba definitivamente mi trabajo como tutor, ya que este curso me libro (para algo soy el veterano de informática del instituto).

Que tuviera que ser tutor fue bastante sorpresa. Yo creía que por dar una optativa en la que no tienes a todo el grupo, no podías. Pero en realidad lo que dice el reglamento de los institutos de secundaria (ROF, para los amigos) es que "el tutor será designado (...) preferentemente entre el profesorado que imparta docencia a todo el grupo". Y ahí está el truco, que dar a todo el grupo es preferente, pero si hay que rellenar horarios, y el de informática tiene dos horas libres... pues te toca.

Así que yo fui el tutor de un grupo de 30 alumnos (el máximo permitido) de 1º de la ESO, que venían del colegio (salvo 6 repetidores), y de los cuales sólo tenía 8 en clase. En mi opinión es un error poner un tutor que no conozca al grupo completo y más en primero (y no lo digo sólo porque me fastidiara). Pasan de estar en el colegio con un tutor que les tiene más de la mitad del tiempo, a otro que sólo los ve una hora a la semana (como mucho). Y es bastante difícil realizar las tareas de tutor sin conocerlos.

Tampoco es plan de ponerse a llorar. Es verdad que me costó más de lo normal aprenderme los nombres, y si venían los padres a veces no sabía que decir cuando preguntaba cómo iban sus hijos en clase, pero el grupo no ha acabado mal (para lo que se quejaban los profesores al principio). De los 30, sólo repiten 5 (aunque otros 5 de los repetidores pasan por promoción automática, porque deberían quedarse otro año más en primero). No sé si tendré algo que ver (no creo que mucho), pero ahí queda el dato.

Este año, en vez de tutor tenía que ser Jefe de Departamento. Pero como nos lo han quitado no tengo ningún cargo. Aunque me dedico al mantenimiento del aula, que son 3 horas menos de alumnos (que no de trabajo, que son bastantes más).

De todos modos, en el fondo no me puedo quejar. Peores cosas se ven por ahí.